Ellas encontraban consuelo y compañía en algo tan simple como reunirse a coser y cantar.
Sin agenda, sin prisa,
sin necesidad de “ser productivas”.
El grupo, una prenda entre las manos y la libertad de dejar que las emociones fluyeran en forma de canciones, palabras compartidas y puntadas que conectaban mucho más que telas: conectaban corazones y almas.
Hoy, en una época donde todo parece avanzar a un ritmo frenético, hemos olvidado esos espacios de calma y conexión.
Buscamos soluciones para desconectar, para sanar, para sentirnos más plenos…
Coser y Cantar:
Mi vida a puntadas
Te proponemos redescubrir ese ritual de conexión y autocuidado en un espacio de arteterapia creativa que no solo te invita a desconectar de la rutina, sino a reconectar con una tradición antigua y profunda.
En un ambiente íntimo, a través del movimiento, la costura y la voz, podrás experimentar el poder de expresar tus emociones sin juicios, dejar fluir tu creatividad y sentirte parte de una comunidad, al igual que ellas lo hicieron hace cien años.
“Coser y Cantar: Mi vida a puntadas” es un monográfico donde, a través de las herramientas que la creatividad nos ofrece, hemos unido nuestras grandes pasiones y aquello que a nosotras nos ayudó a sanar
- La arteterapia textil
- La música en vivo
- El canto y la vibración sonora
- Lo sensorial a través del movimiento
¿Es necesario saber cantar?
Para nada
Te proponemos usar diferentes técnicas manuales y textiles, combinando todo lo que está a nuestra disposición, invocando el profundo potencial de las artes manuales y el canto como medio de expresión.
El foco no está puesto en “aprender técnicas”, ni de “saber hacer” nada, sino en darnos la posibilidad y el tiempo de descubrir lo que la creatividad nos brinda.
¿Es necesario saber coser?
No, son técnicas muy fáciles que seguramente ya conozcas
Y si no las conoces mejor, te dejarás guiar por tu corazón.
Este espacio no es un curso de costura y tampoco vamos a hacer una exposición de fin de curso con lo que creemos.
Este espacio es para ti si quieres:
- Honrar las manos sabias de esas creadoras que nos precedieron
- Hacer vibrar tu cuerpo y descubrir dónde te lleva su sonido
- Urdir nuestros relatos con puntadas del ahora, del ayer y del infinito
- Respirar este presente único que nos regalamos
- Celebrar con alegría nuestros dones personales
Déjanos contarte una historia real, la historia de Amanda
Amanda
Hace casi 20 años mi vida era otra.
Yo vivía atada a una máquina de oxígeno y tenía un diagnóstico de enfermedad crónica pulmonar que me condicionaba absolutamente la vida.
Esto lo recuerdo casi todos los días, quizás porque soy más consciente de que si estoy viva es por mi propia fuerza vital y porque me agarré profundamente al arte, la poesía y la música.
Crear me cura cuando lo hago desde lo más profundo de mi ser
Es cierto que yo compongo música,
pero el canto que a mí me curaba tenía que ver más con la vibración sonora,
era dejarme surfear por el sonido como una invitada a una fiesta,
como quién desconoce el camino,
como quien viaja por primera vez a un lugar y se deja llevar por senderos desconocidos.
Cuando todo estaba perdido,
mi cable a tierra fueron palabras y versos de otros que antes ya habían pasado por allí.
Fueron pinceladas e imágenes de la oscuridad del alma de otras,
fueron canciones y armonías de otros seres que me hacían sentir viva de nuevo.
Mi proceso era respiratorio y cantar era todo un reto, y sin embargo,
jamás me dio una crisis de asma cantando
así que empecé a sentir una confianza inaudita en el acto de cantar como un recurso de rescate de mis propios pulmones,
cantar me sanaba
y sorprendentemente,
sanaba a quien me escuchaba de cerca.
Llevamos días pensando cómo contarte qué significa para nosotras ofrecer un lugar de costura, arteterapia y canto.
Y nos cuesta porque quizás es como querer explicar una canción, un poema o una danza.
Como querer explicar la sonrisa de un bebé.
Llevamos días pensando cómo contarte que la costura y el canto son dos de las cosas que más nos gusta hacer
En las que las horas se comprimen y pareciera que el tiempo se detiene
Ese lugar se llama
“Coser y Cantar”
Le hemos puesto ese nombre porque, sobre todo, se refiere a algo fácil.
Porque aunque, cantar o coser, pueda parecer complejo.
Nada más lejos de la realidad.
El canto requiere tan solo de un cuerpo,
un cuerpo puesto al servicio de la vibración y no hace falta “saber cantar”,
no es necesario nada más que poner el cuerpo en sonido,
hacer sonar los músculos,
el latido del corazón,
la linfa,
los huesos
No es nuestra pretensión “enseñarte” nada
sino acompañarte a que recuperes esa parte de ti que has dejado relegada.
Estamos seguras de que tú ya sabes cantar,
ya sabes vibrar y no necesitas “aprender” nada
tan solo recordar la senda que has dejado tiempo sin transitar
y la maleza aprovechó para cubrirla
Los humanos somos seres creativos por naturaleza y a veces tan solo necesitamos un pequeño recordatorio de por dónde era para recuperar aquello que nos pertenece
Para sentirse bien hay que escucharse,
para escucharse hay que parar el ruido exterior,
para parar el ruido hay que mirar hacia dentro.
Crear con las manos nos ayuda a viajar a nuestro hogar interior.
Expresar lo que escuchamos dentro nuestra es un modo de sacarlo y empezar a sentirse mejor.
Y ésto tiene mucho que ver con la historia de Isabel
Isabel
Recuerdo ser una niña inquieta, charlatana y curiosa.
En clase debía de ser un poco molesta y me regañaban.
— A callar!
Éste ha sido un mandato profundamente interiorizado entre las mujeres de la familia.
Callar a la fuerza produce mucha frustración
Y esta frustración se convirtió en tristeza porque no lograba sacar esa rabia que me quemaba.
Siendo niña acabé sintiéndome perdida,
empecé a perder la confianza en mí,
acabé creyéndome alguien defectuosa e inadecuada.
Luego llegaron los síntomas del cuerpo físico que gritaban lo no podía expresar de otro modo.
En mi caso era la garganta.
Se inflamaba, se cerraba y no me dejaba tragar más.
Eran infecciones incómodas y dolorosas al principio.
Pasados los primeros días, y sin haberlo planeado conscientemente, mis anginas me regalaban un tiempo para los libros y para crear.
Con once años cayeron en mis manos lanas para tejer y los retales que le sobraban a mi mamá.
Jugaba a construir algo bonito
Algo que nacía como una fantasía se acababa transformando en una presencia real,
algo que me hacía compañía durante la recuperación.
Durante unas anginas podía llegar a tejer tres cuartas partes de un jersey para alguien de la familia.
— Eres un culo inquieto
me decía con cariño la abuela María. La misma que cuando alguna labor no le salía a la primera, decía su refrán
“Hacer y deshacer, todo es quehacer”
Mis abuelas, como la mayoría de mujeres de su tiempo, tejían, cosían, zurcían y daban amor con sus manos.
Coser y zurcir lo hacían por necesidad.
Tejer o hacer croché tenía que ver con un regalo.
Pequeñas prendas para celebrar un nacimiento, un bautizo, una comunión o cualquier momento en la vida.
Es increíble cómo los tejidos y las fibras me hablan y me hacen sentir.
La creación textil me sirve para
Reconectar con la materia, con lo natural, con el presente
Y con el poder de transformación que tenemos los seres humanos.
El jugar a modificar prendas, a crear algo con hilos, telas y pequeños objetos también es una manera de homenajear el legado de las mujeres que me precedieron.
Durante años, mi cuerpo ha sido el que ha puesto voz a aquello que internamente callaba.
En 2002 fue mi propio sistema inmune el que se vio afectado. Se me quedó hecho un trapillo. Y después de tanto tiempo
La creatividad fue la que me volvió a poner en mi camino de sanación
Coser es mirar el presente y reconocer cada puntada, cada nudo, cada remate, cada decisión.
Es tener la certeza de que la vida es un entramado de memorias,
hilos que se entretejen,
encuentros,
silencio…
Es tiempo sin tiempo
Es remendar desde un lugar hermoso,
dándonos la oportunidad de unir, con aguja e hilo,
a veces sin más técnica que la propia necesidad de dejar registro de lo que el alma siente.
Tejer es para nosotras un canal más para expresarnos,
para conectar con nuestro interior.
Es un momento de introspección,
de jugar entre hilos,
entre retazos de telas,
palabras,
canciones
y así plasmar un pedacito de todo lo que somos.
Nos gusta tomar los hilos entre las manos,
darles nuevas formas,
combinarlos con otros materiales,
crear un propio collage
como la vida misma
y hacerlo de un modo placentero y gozoso.
Y mientras, el ruido de la mente se disuelve entre puntada y puntada,
los pensamientos se ordenan,
se clarifican.
Es un modo de “volver a casa”
Pensamos hoy en todas esas mujeres que,
durante siglos y en todas las culturas del mundo,
se juntaban para tejer,
encontrándose y compartiendo
recuerdos y emociones,
anécdotas y cánticos,
historias y relatos,
canciones y desamores,
risas y llantos.
también nos ha pasado a nosotras
por eso hemos creado un espacio donde cuidar tu hogar interior, para que esté ahí cuando lo necesites
Esto que hacemos no es terapia
sin embargo, es hermosamente terapéutico
Lo terapéutico viene de ese bienestar que genera conectar con el presente a través de lo que van haciendo las manos, entrar en el ritmo del hilo y de la aguja, como un mantra que ayuda a bajar la intensidad y abre a un espacio de paz.
Este espacio es un homenaje a las mujeres tejedoras de vida que nos rodean,
que con sus mágicas manos han tejido parte de nuestras vidas,
hilvanando historias para espantar los miedos,
no dando puntada sin hilo,
enhebrando aguja tras aguja para remendar entuertos,
cosiendo descosidos para darnos ese calor, amor y ternura necesarios en nuestro crecimiento.
Mujeres que bordaban cada paño, cada tela e incluso cada solución a los problemas que caían en sus manos.
Mujeres que nos han enseñado que las cosas se hacían en un periquete,
que todo era cuestión de ponerle tesón, empeño y mucho corazón.
Mujeres que hacían todo fácil, en un abrir y cerrar de ojos
Ahora, pasado el umbral de la madurez
Quiero que mi vida sea lo más sencilla y fácil posible
que sea un “Coser y Cantar”.
Bueno,
ahora vamos con los detalles para las que necesitan tenerlo todo controlado,
un poco como nosotras.
¿Cuánto vale?
100 euros
Reservas tu plaza con una transferencia de 50 euros, al llegar al espacio pagas el resto.
¿Cuánto dura?
8 horas, en dos sesiones de 4 horas
Una sesión por la mañana de 10:00 a 14:00
Otra sesión por la tarde de 16:00 a 20:00
En cada sesión habrá un descanso y ofreceremos infusiones y aperitivos.
¿Está incluida la comida en el precio?
No
Puedes traer tu comida de casa, en el lugar hay un espacio para que puedas calentarla y comerla con el resto de personas que hagan lo mismo
Cerca del espacio hay varios restaurantes para comer con las personas que no traigan comida de casa. Vosotras os auto-organizáis para comer por grupos o todas juntas.
¿Me puedo llevar la tarea para casa?
Claro que sí, cada una se lleva consigo lo que haya creado
Será algo íntimo y único que puedes seguir construyendo en tu casa si quieres.
¿Cuántas plazas hay?
Hay 15 plazas como máximo.
Es muy importante para nosotras generar un espacio de intimidad y cuidado.
Las plazas se irán asignando por riguroso orden de reserva. En cuanto recibamos la ficha de inscripción rellena te indicaremos cómo hacer la reserva de tu plaza
¿Dónde es?
Es en Aravaca, Madrid
Te indicaremos la dirección exacta cuando te hayamos confirmado la reserva de tu plaza
Un lugar bien comunicado por tren y autobús, con sitio para poder aparcar cerca si vienes en coche.
En una sala iluminada con luz natural y con un jardín al aire libre que podremos utilizar si el tiempo lo permite.
¿Tengo que comprar algo de material?
Puedes traer material de costura de casa o retales de ropa vieja, si tienes.
Si no tienes, no es necesario que lo compres, nosotras tenemos material para poder prestarte.
¿Tengo que llevar algo de casa?
Lo que tengas que traer te lo indicamos en detalle cuando te hayamos confirmado la reserva de tu plaza.
Serán cosas que estamos seguras que tendrás por casa, como ropa cómoda, un cojín, una manta o una esterilla.
¿Qué pasa si he reservado mi plaza y no puedo ir?
Puedes encontrar a otra persona que quiera venir o te ponemos en contacto con alguien que esté en lista de espera para que te envíe la reserva a ti. Si nos confirmas que te ha pagado, no le cobramos a ella la reserva y puede venir en tu lugar.
¿Qué pasa si el espacio ya está lleno?
Que te apuntamos a la lista de espera, por si hay alguien que haya reservado que al final no puede venir por algún motivo.
Con las personas que se queden fuera nos pondremos en contacto para ver otras fechas en el futuro y repetir la experiencia
Llegadas a este punto, es posible que te preguntes cómo de preparadas estamos para poder ofrecerte un espacio que te pueda ayudar, incluso que te pueda sanar.
(un poco más abajo te ponemos nuestro currículum, por si necesitas saberlo)
Pero deja que te digamos algo,
no estaremos nunca suficientemente preparadas
Este espacio es sagrado, y lo creamos con la máxima humildad
Somos las primeras que llevamos años diciéndonos a nosotras mismas que todo lo que hemos aprendido no es suficiente para poder crear un espacio así. Un espacio como los que han creado todos los grandes maestros de la arteterapia.
Nosotras llevamos años yendo a talleres que organizan personas a las que admiramos profundamente. Nos hemos formado en arteterapia en una de las escuelas más importantes de España. Llevamos años trabajando todos los días con grupos de personas de todas las edades.
Nos unen muchas experiencias, talleres y formaciones en las que nos hemos desnudado por dentro, nos hemos roto y nos hemos vuelto a reconstruir. Hemos llorado, reído, cantado, bailado, pintado y disfrazado juntas.
Y ha llegado un momento en el que nos hemos mirado y hemos dicho que si no lo hacemos ahora, quizás no lo podamos hacer nunca. Que es necesario compartir con el mundo lo que hemos aprendido.
Preparar un espacio así es una tarea ardua. Tenemos preparadas dinámicas para 3 días completos. Ni siquiera nosotras sabemos exactamente qué va a pasar. Es muy importante para nosotras escuchar lo que el grupo necesita, porque cada grupo es diferente. Y, en función de lo que vamos sintiendo, darnos el permiso de cambiar el guión que teníamos previsto.
Esto se parece mucho a la alquimia, es difícil de explicar
y es imposible de repetir
Y, por último, nuestros curriculum. Que lo único que pueden decirte es lo que ya hemos hecho.
Lo importante es lo que somos capaces de hacer en el presente y eso sólo lo podrás saber si te animas a entrar en este espacio que te ofrecemos.
Amanda Fdez. Bartolomé
Valladolid, 1975
Me recuerdo “ser en la música” desde mi más tierna infancia, abrazada al tocadiscos de mis padres escuchando a Coltrane o a Victor Jara y pidiendo ir a aprender a tocar el piano a los 7 años. Soñaba con ser la primera directora de orquesta mujer mientras cerraba los ojos escuchando el Stabat Mater de Pergolessi.
Cantaba, pero sólo para hacer reír a mi hermana pequeña y como salvación inconsciente.
Estudié mucho y me enfoqué rápido hacia la música dentro del sistema oficial, pero el Conservatorio era un lugar hostil que fue cercenando mi creatividad y al llegar a la Universidad para estudiar Historia del Arte y Musicología abandoné el piano y me enfadé con el sistema educativo musical.
Entonces descubrí que el canto y la voz me brindaban las alas en libertad creativa que necesitaba. Siento que la música es un lugar privilegiado en el que me he sentido siempre a salvo y que además puedo decir sin pudor que me ha salvado la vida varias veces.
Mi voz me ayudaba a plasmar lo que mi corazón susurraba, y así empecé a cantar en el Coro de Música Antigua de la facultad para pasar después por diversos estilos como afro, jazz, dixieland, boleros y canción de autor. Me sentía viva.
Decidí ser profesora de música de Secundaria y me prometí a mi misma que nunca me comportaría como algunos de los profesores que yo había tenido y de los que había aprendido qué es lo que no se debe hacer jamás. Por eso he participado activamente en todos los proyectos educativos de innovación y artísticos que hubiera, y sino, ya me encargaba yo de organizarlo…, he sido coordinadora del proyecto LÒVA, de Adoptar un Músico, Rutas científicas, artísticas y literarias (CAL) y los programas de Recuperación de Pueblos Abandonados.
La docencia no es siempre fácil y por eso necesitaba nutrirme de otras herramientas, así que comencé a formarme como arteterapeuta gestalt y musicoterapeuta en “El Caminante” de Málaga y en VoArte. Algo que me ha permitido mantenerme en la escucha y la creatividad.
En el año 2009 tuve a mi primera hija y el encuentro con la maternidad dió un nuevo giro a mi modo de concebir la educación y la vida en general. Comencé a buscar pedagogías alternativas que me acercaran a un modo más holístico de educar, sobre todo para poder entender en qué momento el sistema educativo arrasa la natural pasión por aprender con la que la infancia viene al mundo.
Realicé varias formaciones de pedagogías alternativas enfocadas en la primera infancia, y colaboré durante un año como acompañante en una escuela alternativa de Murcia con criaturas de 0-3 años.
En 2017 creé junto a Kateleine van der Maas, el grupo musical Magara, en el que pude cantar por primera vez mis propias composiciones. Siempre había escrito poemas, como un modo de acercar el cotidiano a la lírica, pero nunca me había atrevido a componer.
A día de hoy hago varias cosas, soy madre de dos adolescentes, soy profesora de música en secundaria, colaboro con Victor Orive en talleres de arteterapia, canto mis canciones en Alma de Tüz y comparto con Isabel Llamas el espacio “Coser y Cantar”.
Lo que me sigue fascinando es observar el brillo en la mirada cuando nos descubrimos creando, inmersos en el propio arte de hacer música en plena libertad. Como cuando tan sólo era un juego…
Isabel Llamas Fuentes
Bruselas, 1967
Nací en Bruselas en 1967 donde mis padres emigraron en busca de una vida mejor.
Con 12 años me mudo con mi familia a Santander.
En 1990 llego a Granada para hacer la carrera de Traducción e Interpretación que termino en 1995. Y salvo breves períodos me quedo en el sur.
Durante 24 años enseño Francés en institutos públicos de educación secundaria. Allí aprendo que la creatividad y la comunicación son herramientas básicas para fortalecer las relaciones y favorecer el desarrollo integral de las personas.
En el 2002 mi salud física empieza a darme señales de que no estoy bien.
Mis necesidades materiales y afectivas están bien cubiertas pero siento que en lo profundo de mí y con las relaciones de pareja me hago daño. Entonces, empiezo a interesarme por las Psicoterapias Humanistas.
Inicio un camino de desarrollo personal y de redescubrimiento del potencial creativo que todo niñ@ traemos al nacer. Realizo la formación en la Escuela de Arteterapia El Caminante de Málaga.
Movida por un interés de llevar lo aprendido a la Educación empiezo a colaborar en 2013 con el Comité de Educadores de la Fundación Claudio Naranjo, y gracias a ese impulso acabo ofreciendo talleres de “Creatividad y Emociones a través de la Arteterapia” para mi alumnado y compañeros de instituto.
Decido profundizar mis conocimientos en psicoterapia humanista y realizo la formación en Terapia Gestalt en la escuela Lamar de Málaga.
Me defino como “investigadora del alma” a través de la expresión artística que es lo que me sana y lo que puedo ofrecer al mundo. Esta inquietud artística me ha llevado a participar en grupos de Danza Vivencial con Victor Orive, en un grupo de teatro y a recibir clases de canto por el puro placer y sin más pretensión que sentirme vibrar.
También he vuelto a retomar clases de costura para actualizar mis conocimientos en diseño y patronaje que había recibido durante dos años en la escuela de diseño Goymar, allí por mis 20 años.
En la actualidad, me dedico a impartir formación y charlas a docentes y a familias en los institutos, en los Centros de Profesorado, así como en la facultad de Ciencias de la Educación de Málaga. También realizo talleres de autoconocimiento, de gestión emocional y creatividad con adolescentes y niñ@s en centros educativos. Y colaboro con instituciones públicas y privadas ofreciendo talleres de Arteterapia a mujeres para la prevención de violencia de género, personas mayores, personas con discapacidad física y psíquica y a otros colectivos en riesgo de exclusión social. Además, ofrezco terapia individual a las personas que quieren utilizar la Arteterapia y la Gestalt para encontrarse mejor con sus vidas y con sus relaciones.
“A mis padres, valientes, que emigraron en busca de algo nuevo, les agradezco infinitamente que me descubrieran, con su sensibilidad, el mundo del arte, la música, la danza, la literatura y de lo bello que se puede crear con las manos y con el corazón. Esta fue la semilla para que el Arte como Terapia se convirtiera en mi Brújula de Vida”.